3.6 Ormuz (Parte 2)

(29.04.1617 – 12.10.1617)


Ormuz

El puerto está en la baia entre los dos cabos de Nuestra Señora de la Esperanza y la fortaleza, aunque mucho mas cerca de la ciudad, de manera que el surgidero de las naos gruesas, galeras y otros nauios menores cae enfrente de la vanda de la ciudad que mira á Les Nordeste y Nordeste, entre los conventos del Carmen y San Agustín.
Y aunque en este parage es lo mas ensenado de la baía y en mar lleno bate el agua tres ó quatro pies alta en los fundamentos de las casas, el suelo desta ensenada queda tan de poco fondo que en baxa mar es playa casi dozientos pasos, y por mas de otros ciento y cinquenta se ua por él con el agua á la rodilla por lo mas hondo, de manera que las naos gruesas surgen ya casi fuera de la baia á seiscientos pasos de la ciudad y las galeras á quinientos, por cuya causa algunas vezes que el viento de Leste corre muy furioso no es del todo siguro este puerto, auiendose visto peligrar algunos nauios en él, y fuera mucho mas peligroso si por la cercanía de la tierra firme que tiene á Leste y Nordeste, y de la isla de Queyxome que le cae al Norte y Noroeste, no le abrigaran quebrando en sus contra costas la furia del mar.

Sacase en toda esta ensenada hasta el cabo de Nuestra Señora de la Esperanza y desde alli por la contra costa de la isla, debaxo del agua mucha leña, aunque por la mayor parte menuda, entera y sin corrupción, la qual viene de la costa frontera de Persia que tiene á dos, tres y quatro leguas, traida en el mar de la creciente de los rrios que baxan de las sierras, aunque es cosa particular y contraria de lo que se conoce en otras islas que tienen costas de tierra firme ó de otras grandes islas cercanas, viniendo por la mesma causa mucha leña grande y pequeña á ellas por las crecientes de los rrios, pero toda ésta sale fuera y se halla en la playa fuera del agua y mucha della podrida por el tienpo, mas la que se halla cerca desta isla es toda debaxo del mar sin alguna alteración, mas de ser menuda y retorcida la mas della en forma de raizes, dando ocasión á muchos, y vulgarmente se cree ansi, para dezir que esta madera nazia debaxo del agua, lo qual tiene alguna aparencia de verdad sigun son grandes y no del todo averiguados los secretos de la naturaleza.

Hállase tanbien debaxo del agua en toda la costa desta isla gran cantidad de piedra suelta de la calidad y tamaño de la piedra pómez que se halla sienpre cerca de donde ay bolcanes, mas de que ésta es toda blanca y diferente de las otras que son negras ó pardas, pero espongiosas y liuianas como las demás; ay mucha cantidad dellas y siruen generalmente para hazer los catauientos, porque siendo liuianas y prendiendo mucho la cal en ellas por los vazios que tienen, grauan menos las casas y queda tan trauada y unida su fábrica que resiste á la furia del viento que algunas vezes, mayormente en las mutaciones del año, corre en esta isla inpetuosissimamente.

La vezindad ó grandeza de la ciudad de Ormuz es de dos mil y quinientas hasta tres mil casas, aunque parece mucho menor por la suma estrechura de sus calles, en cuyas casas no ay ningún genero de jardin ni corral, sino un poco de patio en algunas dellas. Hasta el número de trezientas son de la forma que se a dicho que son las de Mazcate, en que biue la gente mas pobre de la ciudad, y en la extremidad della, de la otra parte del convento del Carmen y como se sale al canpo á donde están las cisternas, la mayor parte desta ciudad, demás de muchos cristianos de la tierra, la habitan moros árabes, aunque generalmente hablan la lengua persiana;los demás son gentiles indianos de la prouincia del Cinde, y algunos de Ganbaya, llegando todo el número de sus habitantes á mas de quarenta mil almas. Son los más mercaderes rricos que contratan en Persia y Arabia con mercadurías que conpran á los portugueses; los otros son officiales méchameos de toda suerte, y si como son abiles y dispiertos para labrar de lo que ellos tienen ya aprendido y en vso ó le dan señalado en dibuxo ó en qualquiera otra forma, tuuieran invención, fueran los mejores officiales del mundo.

Entre estos moros y gentiles ay pocas menos de сien casas de judios,los mas dellos gente misera y pobre, fuera de algunos pocos que tienen algún caudal; ansi ellos como los gentiles vsan un mesmo trage que es como el de los moros, fuera de los mercaderes de la India, que estos traen su abito ordinario de banianes, y ansi mesmo algunos de los méchameos de algún caudal.
Las mugeres destas tres naciones traen un mesmo abito, cubiertas con unas grandes mantas de algodón blanco y azul hasta los pies y solos los ojos descubiertos y en la nariz metido un clauo de oro.

Son estos judíos solo en el nonbre porque ni saben hebreo ni otra cosa perteneciente á su religión, sino algunas cerimonias della mezcladas con otras de los moros y gentiles; solamente entre ellos acudia un corretor que se llamaua Isac, con otro de su officio, á casa del Enbaxador, que hablaua muy bien su lengua propia, y aunque mozo, mostraua ser muy visto y leido en la Scritura del Testamento Viejo. Este y algunos otros hablan entre si español, cuyos antepasados vinieron de Alepo y Tripol y algunos de Costantinopla, pero con el tienpo se ua entre ellos perdiendo ya la lengua, vsando, como se a dicho, todos de la persiana.

Los vezinos portugueses moradores de Ormuz no pasan de dozíentas casas ó familias, y fuera de este número algunos soldados casados. Todos ellos biuen de contratacion con la comodidad de la vecindad de Persia y de la ciudad de Bazora y cosas mercantiles que les vienen de la India y prouincia del Cinde, mas todos de poco caudal, siendo este en ellos cada dia menos por convertir en si todo el prouecho del comercio el capitán que es de la fortaleza, de cuya voluntad, buena ó mala que sea, depende todo lo eclesiástico y secular que en esta ciudad se halla, y con todo esto casi todos estos vezinos tienen sus cauallos para las ocasiones que se pudieren ofrecer de guerra.
Tienen tanbien en general muchos esclauos y esclauas, y sus mugeres y hijas no salen fuera de casa sino á oir misa los dias festiuales, y esto antes que amanezca, y de dia al canpo en palanquines; el traje y costunbres es el mesmo que en las mugeres portuguesas de la India, sino que las de Ormuz criadas y nacidas en él hablan persiano aprendido con la comunicación y trato de las mugeres de La tierra; el abito de los honbres es tanbien como el de la India.
El color dellos y dellas muy menos blanco que el de allá, porque de mas de auerse mezclado muchos dellos con gente de la tierra el sitio desta isla es abrasado rigurosamente del sol, aunque está en 25 grados y 40 minutos de latitud al Polo Ártico, á donde, conforme al clima, auia de hacer menos calor y ser la gente menos tostada que en Goa, que está en menos de 16 grados.

Auiendose dicho de las piedras pómez de que se fabrican los catavientos, que se hallan en el mar cerca de la isla, será bien dezir de donde an procedido, porque luego que el Enbaxador tuuo noticia dellas y las vio, juzgó que en algunos tienpos atrás, la montaña de que se aya hecho mención, lanzase fuego de sí, siendo esto muy verisimil por su conpostura nitrosa y por la mucha sal que de fuera parece; pero auiendo preguntado informándose de algunos portugueses si esto auia sucedido en su tienpo alguna vez, respondieron que no tenian memoria de tal, y con todo esto sienpre el Enbaxador tuuo por сierto que en otros siglos uviese sucedido y que en el proceso de infinitos años muchas vezes vomitase el monte toda la cantidad de piedras que en el mar unas sobre las otras continuamente se hallan. Notauase para conprobacion de esto que en las noches mas calientes del estio, como se dormia en los terrados, quando venia el viento Su Sueste y Su Sudueste, que corrían de la parte de la sierra, se sentía un gravissimo olor de adufre, sucediendo y continuándose esto en una mesma noche, muchas vezes, conforme á como ventauan los dichos vientos. Y aunque el Sur viene mas por la mitad de la sierra, no hazia este efecto, siendo el viento menos caliente de todos, como se dirá adelante.
Este secreto del bolcan se aueriguo el presente año de 1617, cuyo verano y estio el Enbaxador pasó en Ormuz, porque como sus criados y algunos frayles de San Agustín le persuadiesen á que fuese á visitar la ermita de Nuestra Señora de la Peña, ansi por la mucha deuocion que con ella se tiene, como por la estrañeza de su sitio, estando fundada en la mas alta cunbre deste monte, y él se uviese descuydado de hazerlo, mayormente por la dificultad de la subida, sucedio que ocho dias antes de la fiesta de la Natiuidad de Nuestra Señora, que cae á ocho de Septienbre, los frayles agustinos del conuento desta ciudad, á cuyo cargo está la dicha ermita, baxaron la ymagen al pie de la tierra como lo acostunbran hazer cada año, y haziendo alli una gran rramada con mucha conpostura y atauio, tienen alli la imagen todos los ocho dias hasta pasada la festiuidad, concurriendo en todo este tienpo de dia y de noche toda la gente de Ormuz á visitar este santuario.
Un dia destos por la tarde fue el Enbaxador á rezar y visitar la ymagen, y después de hauer hecho oracion salió fuera á ver la subida de la sierra, que comenzaua, como se a dicho, desde la mesma rramada, y luego como miró hazia aquella parte vio á la mano izquierda, un poco desuiado del camino que sube á la ermita, en lo mas áspero del monte, grande cantidad de piedras negras como caruon, que desde la mas alta cunbre por la mesma ladera venian hasta lo llano, adonde se via muchas dellas amontonadas, y aunque entonces no se acordaua de las piedras que se hallauan en el mar, preguntó á un cristiano de la tierra, que sirue de continuo de ermitaño en la dicha ermita y parecia un sancto honbre, qué novedad era aquella de tantas piedras negras quemadas como en el monte se vian, y él respondió, que aunque era viejo, no se acordaua de auerlo visto, pero que auia oido dezir á muchos en su mocedad que de lo alto de la sierra solia algunas vezes salir mucho fuego y humo y muchas de aquellas piedras quemadas, pero después que los cristianos ganaron á Ormuz no se auia sentido ninguna tenpestad destas.
Con las pocas palabras con que el ermitaño se dio á entender se infirió bien clara la verdad de lo que el Enbaxador auia sospechado, ó por mejor dezir, tenido por cierto y conforme á rrazon natural, viéndose que a tanto tienpo que no se exhala el humo grueso que está encerrado en las entrañas de aquellas cauernas; hinchándose y leuantandose mas la cunbre del monte, como se dixo quando al principio se descriuió la ermita, se puede temer algún gran tenblor de tierra con lanzar el monte de si alguna gran cantidad de fuego; el hallarse las dichas piedras blancas, siendo negras, es por auerlas lauado las continuas mareas en tanto discurso de años.

Aunque los calores en el estio sean tan rigurosos y ardientes en Ormuz, no de la manera como muchos hablando y escriuiendo desta ciudad an publicado que obligue á dormir de dia y de noche en gauetas de agua, pasando ansi mesmo mucha parte del tienpo en ellas; verdad es que demás de ser el calor vehementissimo, con un descaymiento y resolución de spiritus notable, la mesma naturaleza pide entrar en tienpo semejante en el agua, y ansi es bueno bañarse algunas vezes aunque toda el agua de Ormuz es de cisternas ó de pozos, traida del Bandel en tierra firme, ó de la isla de Queyxome, que por no estar quebrantada con alguna corriente, ni curada del sol como la de los rrios, no es saludable para baño, pero la nescesidad la haze buena en este lugar, como se a dicho, bañándose en ella, no con la continuación que lo hazen los portugueses criados en la India y en Ormuz, siendo esto ya en ellos, no precissa necesidad, quanto una viciosa y habituada costunbre.
Finalmente, aqui es menester entrar en el agua, mas escusandose dello lo mas que pudieren, por ser la dulze, si tal se puede llamar la que aqui ay, de la calidad que se a dicho, y tan argilosa la que viene dé los pozos que rezien echada en el baño parece blanca como leche, y después de hecho asiento, aunque queda clara, es con dos dedos de barro en el hondo del baño ó de las vasijas en que se guarda para beuer.
El mar, que muchas de las casas tienen tan cerca, está lleno quando los calores son mayores, ansi de mugeres como de honbres de toda edad, de gente de la tierra, porque de la de Europa pocos lo vsan por ser el agua tan salada que les haze mudar el cuero; y en resolución, lo mas es encarescimiento quanto acerca de los calores se dice, porque las noches que mas encendidos los hazia en el verano que el Enbaxador estuuo en Ormuz, se pasauan, aunque trabaxosamente, con rrociar y mojar las sauanas y almohadas de las camas.

Es tanta la variedad y diferencia de los vientos que en el verano corren en este lugar que pone admiración, porque en solo media quarta de diferencia conforme al aguja, se siente diferentissimos efectos, siendo unos vientos mas calientes que otros, haziendo los unos sudar mucho, otros constipar, y secar los pozos, aunque son estos los mas ardientes.
Los que en este tienpo corren son Lestes, Suestes, Suduestes y Oes Suduestes, y menos vezes que todos el Sur, pero éste, aunque sea tan caliente, no relaxa ni disuelue como los demás, y es aqui de tan estraña naturaleza que tocando en el agua que esté en las vasijas la buelue bastantemente fria, aunque es notorio engaño de los que dizen que entonces los aposentos están frescos, no hallándose tal diferencia.

Demás de ser entradas las calores quando el Enbaxador llegó á Ormuz se le offrecieron alli las mesmas dificultades que en Goa, siendo causa principal de retardar su jornada la mucha cudicia de los unos ministros y de los otros, y ansi fue forzoso detenerse todo el verano en parte que tan trabaxosa era de pasar.

Y porque semejantes enbaxadas son bien ó mal recibidas, sigun la reputación y estimación de los principes que las enbian acerca de los á que son enbiados, esta la halló el Enbaxador muy de quiebra en la opinión del Rey de Persia y sus vasallos, auiendose perdido tres años antes la fortaleza de Comoran en la costa de la tierra firme, quatro leguas de Ormuz, con muerte de la mayor parte del presidio que en ella auia, y ansi mesmo puestose tributo á los moradores de la isla de Queixome, de donde cada dia viene el agua y gran parte del mantenimiento de la ciudad. Pudiera esto inpedir la enbaxada atendiendo á otras cosas mas esenciales, pues se hallaua tan desigual correspondencia en un rey á quien de tan lexos se buscaua como amigo y confederado, y que se hallaua, aunque con aparencias exteriores de amistad, esencialmente enemigo, si Su Magestad después de auer sabido el rronpimiento de la guerra no mandara, escriuiendo expresamente al Enbaxador antes que partiera de Goa, que no obstante lo sucedido continuase su viage y hiziese su enbaxada.
Pero ni esto ni otra carta que del rey su señor, el Enbaxador recibió en Ormuz, mandándole lo mesmo, bastara á resoluerse para pasar á Persia, sigun la insolencia que auia reconocido en aquella nación, si la flaqueza y mal cobro que uio en aquella ciudad y fortaleza no le obligaran á ello, pues le atribuyrian la culpa de qualquier riesgo y mal suceso suyo, estando tan en la mano suceder, hallándose el rey de Persia desocupado de la guerra del turco, sigun se publicaua.
Y ansi luego como el rigor del tienpo dio algún lugar, acabando de aprestarse para su jornada, escriuio á los gouernadores del Bandel, Lara y Xiras le tuuiesen los camellos y otros bagajes necesarios, en la tierra firme cercana, para los primeros de Otubre, y luego como tuuo nueua que eran llegados hizo enbarcar lo que desde España y la India traia de parte de Su Magestad al rey de Persia, con las demás cosas de su casa y recamara, para otro dia salir de Ormuz.

(García de Silva y Figueroa "Comentarios", Tomo I, Libro III, Capítulo II, pp. 261 – 269)

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